
Investigadores han desarrollado nanopartículas de óxido de hierro denominadas «óxido inteligente», que pueden limpiar el agua en lugar de ensuciarla. Estas partículas magnéticas pueden atraer y atrapar diversas sustancias contaminantes, incluyendo petróleo, nanoplásticos, microplásticos y el herbicida glifosato, dependiendo del recubrimiento de las partículas. El equipo ha modificado estas partículas para capturar hormonas de estrógeno dañinas para la vida acuática.
Estas nanopartículas de óxido de hierro superparamagnéticas están recubiertas con moléculas de ácido fosfónico, que se asemejan a pelos en su superficie. Cambiando las moléculas en la superficie, los investigadores pueden ajustar las propiedades de las partículas para atrapar diferentes tipos de contaminantes. Las partículas han demostrado su eficacia en la eliminación de petróleo crudo, glifosato, nanoplásticos y microplásticos en diversas fuentes de agua, como el mar Mediterráneo y aguas de estanques y ríos.
El equipo también ha enfocado sus esfuerzos en capturar hormonas de estrógeno, que son desechadas en aguas residuales y pueden ser perjudiciales para la vida acuática. Mediante recubrimientos especiales en las partículas, han logrado atrapar estas hormonas en «bolsillos» en la superficie de las nanopartículas. Aunque los resultados preliminares son prometedores, se requieren más análisis para confirmar la eficacia de esta captura.
En el futuro, se planea probar estas partículas en muestras de agua reales y determinar su reutilización. Dado que cada nanopartícula tiene una gran área de superficie con múltiples bolsillos, se espera que puedan ser utilizadas para limpiar varias muestras de agua, lo que podría reducir los costos del proceso. El equipo tiene como objetivo que este método de tratamiento de agua tenga un impacto material mínimo al reciclar repetidamente las partículas.
Fuente: Sociedad Estadounidense de Química (American Chemical Society)
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