¿Cómo se vincula el tratamiento de las aguas residuales a la recuperación de la UE?

La protección de la salud humana y del medio ambiente, así como la lucha contra la contaminación, figuran entre las principales prioridades que guían el trabajo de la Comisión hacia la recuperación. Como consecuencia de la pandemia de COVID-19, la necesidad de trabajar en materia de salud y medio ambiente es ahora apremiante. Reforzar la capacidad de la UE para hacer frente a la contaminación resulta fundamental para mejorar la resiliencia de los ecosistemas y los seres humanos y contribuir a garantizar en todo momento la limpieza del aire, el agua, el suelo y los alimentos, así como productos de consumo seguros. Los planes nacionales de recuperación brindarán una buena oportunidad para que la mejora de la recogida y el tratamiento de las aguas residuales forme parte de la recuperación, en pro de la salud pública y el medio ambiente.

La Comisión señala en su informe que la Directiva no se aplica plenamente y que en algunos Estados miembros se observa incluso un considerable retraso a este respecto, siendo la financiación y la planificación los principales retos que se plantean. ¿Cómo garantiza la Comisión que todos los Estados miembros apliquen íntegramente la Directiva?

El Décimo informe sobre el estado de ejecución de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas (Directiva TARU) muestra que los niveles de aplicación difieren mucho entre los Estados miembros. Así pues, la Comisión trabajará con los correspondientes Estados miembros para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrecen el nuevo presupuesto de la UE y el Plan de Recuperación para Europa, a fin de dar prioridad al tratamiento del agua y al saneamiento. Gracias al reciente estudio de la OCDE sobre la estimación de las necesidades de inversión y la capacidad de financiación de la inversión relacionada con el agua, disponemos de una mejor cartografía de los déficits de inversión en los Estados miembros. Aunque se mantendrá el apoyo a los Estados miembros a través de la financiación de la UE, es evidente que se deberán analizar y evaluar cuidadosamente diversas opciones que permitan mejorar la liquidez de los presupuestos nacionales, entre ellas un aumento de las tarifas del agua o el recurso a la responsabilidad ampliada del productor, a efectos de garantizar una mejor aplicación del principio de que quien contamina, paga.

En el informe se menciona que se están estudiando actualmente nuevas medidas para abordar los ámbitos que requieren mejoras. ¿Puede facilitar más información?

La Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas se adoptó hace treinta años para proteger el medio ambiente de los efectos nocivos de los vertidos de aguas residuales no tratadas. Según la Evaluación REFIT de 2019, la Directiva es globalmente eficiente y eficaz, si bien hay margen de mejora. Las deficiencias afectan a una serie de fuentes de contaminación «residuales», como aguas pluviales, desbordamientos, escorrentías urbanas, sistemas individuales y pequeños asentamientos. Además, es necesario modernizar la Directiva para garantizar que aborde convenientemente problemas tales como los contaminantes que suscitan ahora inquietud (por ejemplo, los productos farmacéuticos y los microplásticos) y el cambio climático, y que se adecue a los últimos avances tecnológicos. La evaluación de impacto analizará la mejor manera de corregir las deficiencias observadas.

¿Cuáles son las principales actuaciones que lleva a cabo la UE para mejorar la aplicación de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas?

Entre las diversas herramientas disponibles, las más destacables son las siguientes:

  • Instrumentos financieros de la UE a disposición de los Estados miembros para ayudarles a mejorar la aplicación de la Directiva. Hasta el momento se ha realizado una asignación considerable de fondos para la construcción de sistemas colectores y plantas de tratamiento. En el caso de la política regional 2014-2020 (FEDER y Fondo de Cohesión), la mayor parte del presupuesto previsto (alrededor de 10 600 millones EUR) se destinó a infraestructuras de tratamiento de aguas residuales. En el próximo período de programación, está previsto que pueda accederse a la financiación para el tratamiento de las aguas residuales a través de numerosos instrumentos, en particular la política regional y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Cuando la contribución de los fondos de la UE no baste para satisfacer todas las necesidades en el ámbito de las infraestructuras de alcantarillado con vistas a cumplir los plazos de la Directiva, los Estados miembros pueden buscar fuentes de financiación adicionales, aparte de sus propios recursos, como, por ejemplo, los préstamos de Invest EU y el BEI.
  • Intercambio de buenas prácticas: La Comisión se reúne periódicamente con los Estados miembros para debatir cómo mejorar la aplicación de la Directiva en función de sus necesidades específicas, abordando temas como la gobernanza, el uso de los fondos, la planificación de inversiones actuales o futuras, etc. La Comisión también facilita la colaboración entre Estados miembros.
  • Programas de asistencia técnica: Algunos países también pueden recurrir a la asistencia técnica proporcionada en el marco del programa Jaspers. La asistencia del programa Jaspers puede abarcar lo siguiente: apoyo a la preparación de proyectos, revisión independiente de la calidad de los proyectos, evaluación de los grandes proyectos presentados directamente a la Comisión, apoyo a la ejecución, y otros aspectos.
  • Acciones legales: Como último recurso, la Comisión incoa procedimientos de infracción cuando de forma sistemática un Estado miembro incurre en incumplimientos.

Según afirma el informe, una mejor aplicación de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas favorece el logro de los objetivos de la Directiva marco sobre el agua. ¿Cómo puede comprobarse que es así?

El hecho de que la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas contribuye a una mejor aplicación de la Directiva marco sobre el agua (DMA) puede demostrarse mediante el seguimiento de diferentes parámetros en ríos, lagos y otras masas de agua a lo largo del tiempo. Uno de estos parámetros es la demanda biológica de oxígeno (DBO), que está directamente relacionada con la disminución de oxígeno y la eutrofización. El informe muestra la cantidad de materia orgánica de las aguas residuales tratadas (medida en DBO) que se vertía en los ríos en los años noventa del siglo pasado, cuánta se vierte hoy y cuánta se vertería si se aplicara plenamente la Directiva. Se ha producido una clara reducción de la DBO, lo que indica que la calidad de las aguas de la UE ha mejorado en las dos últimas décadas. Ello también contribuye a una mayor biodiversidad acuática, en consonancia con los requisitos de la Directiva marco sobre el agua y la nueva Estrategia sobre Biodiversidad.

El incremento de los requisitos de tratamiento en virtud de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas dará lugar a una mayor contaminación de los lodos. Algunos Estados miembros ya han empezado a prohibir la reutilización de lodos en la agricultura. ¿Qué piensa hacer la Comisión para abordar este problema y adaptar la Directiva a los principios de la economía circular?

La Comisión es consciente de los problemas relacionados con los lodos y, en consonancia con el objetivo de contaminación cero y según lo anunciado en el Plan de Acción para la Economía Circular, desarrollará un plan integrado de gestión de nutrientes a fin de garantizar una aplicación más sostenible de los nutrientes y estimular los mercados de los nutrientes recuperados. Con vistas a conocer bien las consecuencias medioambientales y sanitarias de la reutilización de lodos en la agricultura, la Comisión está llevando a cabo una evaluación REFIT de la Directiva sobre lodos de depuradora, en paralelo a la evaluación de impacto de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas. El objetivo que se persigue es evaluar de qué manera la posible revisión de ambas Directivas podría potenciar el uso seguro de los lodos de depuradora en la agricultura, contribuyendo también de este modo a la aplicación de la Estrategia «De la Granja a la Mesa».

¿Resulta útil la vigilancia de las aguas residuales para ayudar a comprobar la propagación de la COVID-19?

Desde los inicios de la pandemia de COVID-19, tanto en la UE como en otros países se han investigado las aguas residuales, ya que reflejan la presencia del virus en la población.

Según las investigaciones realizadas, en caso de infección el virus aparece a las pocas horas en las heces, tanto si el paciente es asintomático como si presenta síntomas leves o graves de la COVID-19. Por consiguiente, la presencia del virus se detectó en pocas instalaciones de tratamiento de aguas residuales antes de que el virus se propagara entre la población y de que se manifestaran los primeros síntomas clínicos.

Los resultados han demostrado que la vigilancia de los sistemas de alcantarillado son una herramienta idónea, poco costosa y fiable para completar la imagen que proporcionan las pruebas de frotis, los análisis de sangre y las aplicaciones de rastreo.

La Comunicación de la Comisión relativa a la preparación sanitaria de la Unión a corto plazo frente a brotes de COVID-19, de julio de 2020, consideró la vigilancia de las aguas residuales un ámbito de actuación para la vigilancia de la salud pública.

Desde el inicio de la pandemia, la Comisión Europea, a través de su servicio científico, el Centro Común de Investigación, ha puesto en marcha una iniciativa para evaluar conjuntamente muestras de aguas residuales y recoger datos de los Estados miembros; realizar muestreos y análisis normalizados adicionales; difundir los primeros resultados y favorecer el intercambio de información y de buenas prácticas.

Fuente: Comisión Europea