Importancia del sector e impacto de la pandemia

El sector de la gestión del agua se ha erigido como vital en medio de la situación de alerta sanitaria que estamos atravesando. El abastecimiento de agua potable así como el saneamiento y depuración del agua residual están entre las actividades esenciales que no se han detenido, y es que el agua y la higiene son aliados en la lucha contra el virus.

Tanto los Gobiernos como las entidades que operan el ciclo integral del agua han tenido que reaccionar con rapidez ante la nueva situación que ha generado la pandemia. Si bien es cierto que el impacto de la COVID-19 en el sector no está relacionado con el tratamiento del agua, sino con las bajas laborales, las interrupciones de los servicios y la cancelación de importantes eventos nacionales e internacionales.

Medidas adoptadas

Las empresas más destacadas del sector han impulsado medidas generales a raíz de las publicadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS): protección de sus trabajadores con el material necesario (EPIs, guantes, mascarillas, gafas…), recomendación de medidas higiénicas más frecuentes y estrictas, refuerzo de la información en los canales internos, reuniones telemáticas, cancelación de viajes, turnos de reserva para reducir en la medida de lo posible el número de trabajadores presentes en las plantas…

En cuanto al tratamiento del agua en ETAP y la distribución, las recomendaciones apuntan a intensificar las tomas de muestras para garantizar una correcta desinfección a lo largo de toda la red. Por otro lado, en las EDAR se recomienda realizar más análisis para detectar la posible presencia del virus en las aguas residuales y prestar especial atención a la cloración y desinfección del agua regenerada. En cualquier caso se trata de medidas que no implican un cambio en la operación de las ETAP y las EDAR, ya que no se requieren más tratamientos que los que ya se emplean para eliminar otros patógenos.

Desmintiendo bulos

En esta situación de incertidumbre han sido muchos los bulos que han circulado por las redes sociales y uno de ellos era que el agua de grifo no era segura. Muchas entidades han tenido que desmentir dicho bulo para tranquilizar a la población, explicando que antes y durante la distribución se aplican desinfectantes y que el agua destinada al consumo humano pasa por múltiples y exhaustivos controles que garantizan su calidad y seguridad frente al coronavirus, al igual que frente a cualquier otro microorganismo patógeno.

Investigación

Aunque el agua no esté listada por la OMS como una de las vías de transmisión del SARS-COV-2, son muchas las investigaciones que se han llevado y se siguen llevando a cabo para analizar la interacción entre el patógeno y la molécula más esencial para la vida.

Ya se ha demostrado que el SARS-COV 2 aparece en las aguas residuales que llegan a las EDAR, pero tras los tratamientos convencionales (físicos, físico-químicos y biológicos) se deja de detectar la presencia del material genético del virus en el agua, debido a que su cubierta lipídica no es especialmente resistente. En el caso de las aguas regeneradas, al someterse a tratamientos adicionales y más avanzados que la depuración convencional, se ha comprobado también que son totalmente seguras y no existe ningún tipo de problema para que sigan destinándose a sus correspondientes usos. Algunos proyectos de investigación relevantes son:

  • El proyecto de investigación desarrollado por la empresa EDAR BENS S.A. en aguas residuales de Galicia: ha demostrado que los tratamientos convencionales llevados a cabo en una EDAR permiten eliminar el SARS-COV 2 del agua, evitando así una diseminación ambiental de consecuencias catastróficas al devolver el agua al medio. En el estudio, realizado dentro de la red europea Norman de investigación en colaboración con plantas de tratamiento de otros países de la UE, se ha analizado la carga viral presente en las aguas residuales y los lodos, lo que ha permitido además llevar un seguimiento de la evolución de la pandemia en la comarca para la que trabaja la planta, permitiendo estar alerta ante posibles repuntes en la enfermedad.
  • Estudio de la Universidad de Valencia en colaboración con el CSIC: en él se han analizado muestras de aguas residuales que llegaron a las depuradoras de la ciudad de Valencia a partir del 12 de febrero. Estos análisis han permitido detectar material genético de SARS-COV 2 en aguas residuales no depuradas antes de la fecha en que se detectó el primer positivo en la ciudad (24 de febrero), lo que indica que el patógeno ya estaba en circulación por la zona. Debido al éxito de este estudio, la Generalitat Valenciana ha decidido utilizar el análisis molecular de las aguas residuales en las EDAR como herramienta de vigilancia para seguir la evolución de la pandemia y poder diseñar políticas públicas ante posibles rebrotes. Con este estudio también se ha demostrado que, aunque las aguas residuales pueden llegar a portar hasta 100.000 copias de material genético de SARS-COV 2 en cada litro, los tratamientos de depuración acaban con el patógeno evitando que pueda ser devuelto al medio natural.
  • Estudio del CSIC sobre las vías de transmisión del SARS-COV 2 en playas y piscinas: el informe resultante afirmó que la infección por coronavirus por contacto con el agua para baño de piscinas o playas es muy poco probable. El mayor riesgo de contagio en estos casos serían las aglomeraciones que pueden darse en estos espacios, las secreciones respiratorias así como los objetos de uso común. En el caso de las piscinas, el uso de agentes desinfectantes como el cloro es suficiente para la inactivación del patógeno; mientras que en el agua del mar, el efecto de dilución y la presencia de sal son factores que contribuyen a reducir y desactivar la carga viral. El mayor problema aparece en el agua no tratada de ríos, lagos y pozas, donde la supervivencia del SARS-COV 2 es superior, haciendo que sea más desaconsejable el baño en estos casos. Por último, en el estudio también se ha contemplado la posibilidad de que el virus pueda prevalecer en la arena de las playas, indicando que la acción conjunta de la sal marina, la radiación solar ultravioleta y las altas temperaturas es muy favorable para la inactivación de agentes patógenos.

SARS-CoV-2, virus causante de la pandemia mundial

  • Estudio del WEST (Water and Energy Sustainable Technology) – Universidad de Arizona (EEUU): en él se han analizado aguas residuales procedentes de todo Estados Unidos, desde California a Nueva York, usando programas de monitoreo, y se ha demostrado la presencia del SARS-COV 2 en ellas. En el pasado este mismo centro demostró que los coronavirus ya existentes antes del actual mueren muy rápidamente en las aguas residuales, con reducciones del 99% en 2-3 días. El método empleado por los investigadores del WEST para detectar la presencia o ausencia del SARS-COV 2 ha consistido en utilizar la reacción en cadena de la polimerasa de la transcriptasa inversa cuantitativa (qRT PCR), acompañada de un cultivo celular que determina la infectividad. La Universidad de Arizona ha estado en contacto con los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU, que detectaron el virus en heces de pacientes que padecen la COVID-19. De esta manera, tras comprobar que la depuración del agua acaba con el virus, las investigaciones se centran ahora en determinar la cantidad de material genético de SARS-COV 2 que puede acompañar a las heces que se vierten a las aguas residuales, así como a averiguar si el virus es o no infeccioso en las heces.
  • Investigaciones del Instituto del Agua de la Universidad de Cranfield (Reino Unido): también se han basado en analizar las aguas residuales para correlacionar la presencia del SARS-COV 2 en ellas con la evolución local de la pandemia. De esta manera las autoridades pueden disponer de información más fiable en tiempo real a la hora de tomar decisiones, ya que con estos datos se puede llegar a estimar el número real de contagiados, incluidos los asintomáticos. Los análisis en esta Universidad se han realizado con un dispositivo que se dobla y se despliega para filtrar los ácidos nucleicos de los patógenos de las muestras de aguas residuales. Luego, una reacción bioquímica con reactivos precargados detecta si el ácido nucleico asociado a la infección por SARS-COV-2 está o no presente. Los resultados son visibles a simple vista: un círculo verde indica positivo y un círculo azul, negativo.

Los resultados de estas investigaciones convierten a las plantas de depuración de aguas residuales en imprescindibles, lo que implica que los países que no cuentan con redes de saneamiento dejan a sus habitantes mucho más expuestos a la enfermedad. La cooperación en este caso puede ayudar a salvar muchas vidas.

Oportunidades que se presentan para el sector

Pese a las gravísimas consecuencias que está teniendo la pandemia, desde el sector han querido convertir esta emergencia sanitaria en una oportunidad. Muchas empresas están demostrando que, combinando ciencia, innovación y experiencia con simplificación de procedimientos y disponibilidad de fondos, el sector del agua se convierte en una de las claves para superar esta crisis con éxito.

El hecho de que el análisis de las aguas residuales permita conocer la evolución de la pandemia puede hacer que se promuevan más inversiones en investigación que contribuyan a optimizar los procesos y a mejorar las infraestructuras existentes. El sector del agua está implicado en al menos tres de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) planteados para el año 2030, lo cual hace todavía más necesarias esas inversiones para poder afrontar futuras nuevas amenazas y conseguir que el ciclo integral del agua se convierta en uno de los pilares de la economía circular. Y es que las aguas residuales son mucho más que un problema que hay que eliminar, ya que una vez depuradas se pueden reutilizar y contienen muchos productos que se pueden revalorizar para volver a ser utilizados.

Otra oportunidad derivada de la pandemia está siendo la incorporación de tecnología más avanzada para mejorar la gestión del agua y hacerla más eficiente ahora que el control manual por parte del personal se ha reducido en muchos casos. En muchas empresas están incorporando sistemas telemáticos de inteligencia de datos para reducir los tiempos de reacción ante fugas, roturas o pérdidas de presión en la red de suministro, que inevitablemente causan a su vez pérdidas económicas.

La digitalización es y será cada vez más imprescindible en el sector de la gestión del agua para que este pueda responder eficazmente a nuevos retos que, como la pandemia que estamos padeciendo, puedan presentarse en un futuro.

 

Fuentes: AEAS – AEDyR – Edar Bens S.A. – CSIC – Universidad de Valencia – WEST Arizona – Universidad de Cranfield – Grupo INCLAM