
Marruecos se encuentra en el Top 20 de países más afectados por estrés hídrico, la evolución de la disponibilidad de agua es alarmante. En 1960 se situaba en 2.560m3 /hab/año para ir descendiendo continuamente durante los últimos años hasta situarse en 650 m3 /hab/año en 2019, muy por debajo del umbral de 1.700m3 /hab/año que marca la situación de estrés hídrico de un país.
Ante esta perspectiva y dentro del marco legislativo establecido por ley 36-15 aprobada en 2016, que modifica y completa la antigua ley 10-95 sobre el agua, el gobierno debería haber presentado durante el año 2019 el Plan Nacional del Agua, que fija los objetivos e inversiones necesarias para conseguirlos hasta el 2050, sustituyendo al anterior PNE que contaba con un volumen de inversión de 220.000 MDH (20.247 M€) para el periodo 2015-2030.
El volumen de inversión infraestructuras de agua se sitúa en torno a los 7.000 MDH/año, repartidos entre los 3 principales organismos licitantes del país, ONEE 64%, Régies 31% y ABHs 5%, el cual resulta inferior al que correspondería de acuerdo con el plan que rondaría los 14.000 MDH/año. Los recursos de aguas superficiales económicamente accesibles están explotados en algo más que un 90%, mientras que gran parte de los recursos de agua subterráneos se encuentran sobreexplotados con la consecuente degradación de las capas freáticas. Un total de 35 presas se encuentran actualmente en proceso de construcción y las orientaciones reales han fijado un ritmo de construcción de 3 presas al año de diferentes tamaños.
Debido al estrecho margen que ofrecen las fuentes convencionales, se ha diseñado una estrategia de aprovechamiento de los recursos no convencionales en la que destaca el impulso de la desalación y la reutilización de aguas usadas como el futuro del sector. Marruecos tiene como objetivo producir un caudal de desalación de 510 Mm3 /año en 2030. Actualmente la capacidad total disponible es de 36,5 Mm3 /año y 109,5 Mm3 están en proceso de construcción. Estas cifras suponen un total de 364 millones de m3 al año todavía por empezar a construir hasta 2030 de acuerdo con el anterior PNE. La situación comprometida del agua en Marruecos provoca un aumento de la importancia de esta tecnología para abastecer a los hogares de localidades costeras. Igualmente, se ha fijado un objetivo de 325 Mm3/año de caudal de aguas reutilizadas con horizonte 2030 frente a los 47,5 Mm3 /año en 2017.
El saneamiento y tratamiento de aguas residuales es otro sector con elevado potencial en Marruecos. El Programa Nacional de Saneamiento Líquido (PNA) tiene como objetivo llegar al 100% de tratamiento de aguas para 2030. El volumen total de tratamiento de aguas usadas se sitúa en 550 Mm3, con una tasa global de tratamiento de 45%. Del presupuesto de inversión inicial, a principios de 2017, solo se había utilizado el 62%, lo que deja un remanente de 16.500 MDH (1.519M€), que como se observa en otros planes, puede quedar parcialmente sin utilizar. Además, actualmente 61 plantas más de tratamiento de aguas residuales se encuentran en proceso de construcción.
Las empresas extranjeras han colaborado activamente en el desarrollo de infraestructuras del sector del agua en el país, especialmente las empresas francesas y las españolas, destacando su importante contribución en el sector de desalación.
Fuente: AECID
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