
Un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Drexel ha descubierto una solución potencial para abordar la contaminación de aguas residuales causada por colorantes altamente tóxicos vertidos por diversas industrias. Utilizaron un nanofilamento de óxido de titanio estructurado con lepidocrocita unidimensional como fotocatalizador, capaz de descomponer dos colorantes comunes (rodamina 6G y violeta cristal) en aguas residuales bajo la luz visible, reduciendo las concentraciones de estos tintes en un 90% y 64%, respectivamente, en tan solo 30 minutos.
Este descubrimiento es crucial para el tratamiento de aguas residuales, ya que los métodos de tratamiento convencionales no pueden eliminar eficazmente los colorantes debido a su compleja estructura molecular y solubilidad en agua. Lo que hace especial al nanofilamento es su capacidad de autosensibilización a la luz visible, lo que disminuye el consumo de energía en comparación con los fotocatalizadores tradicionales que requieren luz ultravioleta.
El nanofilamento funciona mediante la adsorción de los colorantes, seguida de la fotocatálisis cuando se expone a la luz visible. Esto acelera la descomposición de los tintes en productos inofensivos como dióxido de carbono y agua. El material genera huecos de electrones y radicales hidroxilo, superóxido y oxígeno singlete, lo que es clave para su eficacia.
La contaminación de aguas residuales con colorantes es un problema ambiental importante a nivel mundial, y los métodos convencionales no han sido efectivos para abordarlo. Este nuevo enfoque promete no solo solucionar este problema, sino también reducir los costos financieros y el consumo de energía en el tratamiento de aguas residuales. Además, abre la puerta a aplicaciones en otras áreas, como células solares y dispositivos ópticos, lo que sugiere un futuro más sostenible y limpio.
Fuente: Universidad de Drexel
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