
Según el Ejecutivo en plan ‘España 2050: Fundamentos y Propuestas para una Estrategia Nacional de Largo Plazo’ que ha presentado este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El Gobierno calcula que 27 millones de españoles vivirán en 2050 en zonas de estrés hídrico, considerando uno de los problemas medioambientales de mayor problemática y que aumentará en los próximos años. Además alerta de que los bosques del noroeste se parecerán a los del Mediterráneo a mitad de siglo, una fecha en la que España será uno de los países de la Unión Europea con mayor riesgo de incendios.
Este documento, alerta de que España será en 2050 uno de los países de Europa que más verá reducida su disponibilidad de agua dulce en las próximas décadas. No prevé que la población vaya a sufrir cortes de agua, pero sí considera que se tendrá que replantear la gestión de este recurso.
En general, estima que la España de 2050 será «más cálida, árida e imprevisible» que la actual con sequías que afectarán a más del 70 por ciento del territorio a las que se sumarán incendios e inundaciones «más frecuentes y destructivos» y con una temperatura y nivel del mar más elevadas que provocarán daños severos en sectores «clave» como la agricultura o el turismo.
La nueva gestión del agua
El Gobierno indica que en materia de agua habrá que desarrollar fuentes alternativas de abastecimiento, como la reutilización o desalinización a partir de energía renovable. Reducir las pérdidas que se producen en la red de saneamiento y suministro y garantizar unos elevados estándares de la calidad del agua. De ese modo, se podrá aliviar la presión sobre el recurso en muchos territorios del país.
Además, esta menor disponibilidad de agua provocará la transformación de los ecosistemas, alterará paisajes, y en 2050 aumentarán las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, y las área con alto riesgo de desertificación se incrementará considerablemente.
El aumento de las temperaturas
También se advierte de que los bosques atlánticos Galicia, Asturias o Cantabria se convertirán en bosques de tipo Mediterráneo y la tundra de los Pirineos se reducirá en un 90 por ciento. Todo ello provocará incendios más frecuentes y destructivos por la mayor sequedad, falta de lluvias, así como una despoblación rural y dará como resultado que España sea uno de los países de la UE con más días de peligro alto o extremo de incendios forestales.
El Gobierno duda de si se podrá cumplir el Acuerdo del Clima de París en todo el mundo, y esto añade que repercutirá en la salud de manera «severa» ya que el aumento de las temperaturas y las olas de calor causarán la muerte de 20.000 personas al año en 2050.
Medidas del gobierno
El diagnóstico climático y ambiental ha llevado al Gobierno establecer como uno de los 12 ejes fundamentales en los que articula 200 medidas a implantar de aquí a mitad de siglo la transición hacia un modelo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
Además la pandemia del coronavirus se convertirá en «el gran catalizador» de esta transición ecológica, en toda Europa. El gobierno destaca que la transición ecológica generará multitud de oportunidades en sectores como el de la movilidad, la logística y la distribución; la construcción y rehabilitación de edificios; la generación, distribución y almacenaje de energías limpias; la producción de bienes reciclados y reciclables; la alimentación saludable y respetuosa con el medio ambiente, el turismo y el ocio sostenible.
Las medidas que plantea el Ejecutivo van encaminadas a convertir el país a mitad de siglo en «una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático».
Para ello, se quiere cambiar radicalmente el modelo de economía lineal basado en extraer, producir, consumir y tirar, en una economía circular y neutra en carbono antes de 2050 así como establecer las medidas que permitan minimizar los impactos del cambio climático.
Para lograrlo se establece una serie de objetivos entre los que destaca el de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90 por ciento en 2050 ya que el resto, el 10 por ciento de reducción saldrá de la absorción de los sumideros de carbono.
Se quiere reducir la demanda total de agua un 5 por ciento en 2030 y un 15 por ciento en 2050; reducir la intensidad energética primaria en un 36 por ciento en 2030 y en un 63 por ciento en 2050 respecto a los valores de 2015. Así como lograr que toda la energía eléctrica sea generada mediante fuentes renovables en 2050, mientras que para 2030 se fija el objetivo en el 74 por ciento, en línea con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia a Largo Plazo.
Otra de las medidas será fortalecer el papel de los impuestos verdes para que España alcance la media de los países europeos antes de 2030 e incrementar más la ambición de la fiscalidad verde en las siguientes dos décadas.
Se quiere que la superficie de producción agrícola ecológica crezca hasta el 25 por ciento en 2030 y hasta el 60 por ciento a mitad de siglo e incrementar las superficies forestales arboladas para proteger la biodiversidad, mejorar la resiliencia de los ecosistemas e incrementar la capacidad de los sumideros de carbono.
Por último, se establece distintas propuestas en ámbitos como el fomento de la innovación, la transformación de la movilidad, la gestión de los recursos hídricos, reducir el riesgo de incendios, mejorar la educación ambiental o el refuerzo de las políticas públicas.
Fuente: Europapress
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