Un nuevo estudio dirigido por la Institución Scripps de Oceanografía de UC San Diego confirma que la contaminación en las aguas costeras se transfiere a la atmósfera en forma de aerosoles marinos, afectando a bañistas, surfistas y nadadores.

Las precipitaciones a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México han complicado el tratamiento de las aguas residuales y han provocado que las aguas residuales sin tratar se desvíen hacia el río Tijuana, donde desembocan en el océano al sur de Imperial Beach. Durante décadas, esta afluencia de agua contaminada ha contribuido a la contaminación crónica de las aguas a lo largo de Imperial Beach.

Las aguas costeras contaminadas por las aguas residuales se transfieren a la atmósfera en forma de aerosoles oceánicos formados por las olas y, las burbujas de aire que revientan contienen bacterias, virus y compuestos del agua de mar.

La contaminación de las aguas costeras se ha considerado tradicionalmente solo un problema transmitido por el agua. La población se preocupa por nadar y surfear en él, pero no por respirarlo, a pesar de que los aerosoles pueden viajar largas distancias y exponer a muchas más personas que las que solo están en la playa o en el agua.

Se descubrió que los aerosoles del océano contenían bacterias y productos químicos que se originan en el río Tijuana. Ahora, el equipo está realizando una investigación de seguimiento para intentar detectar virus y otros patógenos en el aire.

El equipo de investigación advierte que el estudio no indica que las personas se enfermen por las aguas residuales en el aerosol marino. La mayoría de las bacterias y los virus son inofensivos y su presencia no significa automáticamente que los microbios, patógenos o no, se transmitan por el aire. La infectividad, los niveles de exposición y otros factores que determinan el riesgo necesitan más investigación, dijeron los autores.

 

Fuente: Universidad de San Diego