A pesar que el verano de 2021, en cuanto a precipitaciones, ha sido más húmedo de lo normal, nuestro país ya tiene a la cuenca del Guadalquivir declarada en sequía y otras, como la del Guadiana, Duero, Guadalete-Barbate, Mediterráneas andaluzas, Segura o Miño-Sil, están por debajo del 40% de sus reservas. Greenpeace se ha desplazado hasta Andalucía para mostrar, en imágenes, la situación hídrica de parte de nuestro país.

 

Los informativos llevan semanas hablando de lluvias, DANAS y desbordamientos en distintos puntos del país, pero estas precipitaciones, abruptas y desiguales, no garantizan las reservas de agua necesarias para todo nuestro territorio. Este domingo se celebraba el Día Mundial del Suelo y cabe alertar de que España sigue siendo el país de Europa con mayor riesgo de desertificación: el 75% de su territorio se encuentra en peligro de sufrirla y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible.

El problema de la falta de agua no solo se debe a la disminución de las precipitaciones (agravada por la crisis climática), sino que depende también de la mala gestión de los recursos hídricos (regadíos industriales, trasvases, pozos ilegales, exportación…) y del grado de contaminación de las aguas (por factores como la industria, las macrogranjas, la agricultura intensiva…).

La cuenca del Guadalquivir es un buen ejemplo de este problema. Allí se pretende justificar como «sequía» una situación de escasez hídrica, que ha sido provocada por la enorme demanda de recursos hídricos por parte de los regadíos de uso intensivo (especialmente el olivar). Sin embargo, cabe recordar que ninguna de las subcuencas de la demarcación del Guadalquivir ha superado el umbral de “sequía meteorológica”, es decir, no ha habido escasez de precipitaciones propiamente.

“Cuando estamos en pleno proceso de presentación de alegaciones al plan hidrológico de la cuenca del Guadalquivir, es preocupante la apuesta que este plan hace por el olivar intensivo e hiperintensivo, que puede llevar al colapso hídrico de la misma. Deberíamos planificar ya una transición hídrica justa para el sector agrícola andaluz, adaptada a los escenarios de cambio climático”, explica Luis Berraquero, coordinador de Greenpeace en Andalucía.

Greenpeace ha recorrido Andalucía para mostrar, en imágenes, las causas y efectos del problema del agua en nuestro país. Su principal cuenca hidrográfica, la del Guadalquivir, fue declarada oficialmente “situación excepcional por sequía extraordinaria” el día 2 de noviembre. Según Julio Barea, responsable de agua en Greenpeace, “las imágenes muestran una realidad alarmante y no se puede seguir mirando para otro lado. Es imprescindible cambiar el modo en el que administramos los recursos naturales para mitigar los efectos de la desertificación y las sequías venideras”

Dichas imágenes señalan la interacción en el problema de aspectos como la agricultura, los embalses, la contaminación, el robo de agua y los pozos ilegales.

 

Fuente: Greenpeace