
Científicos de la Universidad Northwestern han colaborado en la implementación de una prueba precisa, económica y fácil de usar para detectar niveles tóxicos de fluoruro en el agua.
El nuevo biosensor desarrollado en Northwestern se ha probado en el campo en zonas rurales de Kenia, proporcionando evidencia de que los test de fluoruro pueden usarse fácilmente in situ y ser interpretados con precisión por personas que no son expertas.
En todo el mundo, se estima que decenas de millones de personas viven en áreas donde el suministro de agua está contaminado con niveles tóxicos de fluoruro natural, una sustancia incolora, inodora e insípida. La escala del problema ha sido difícil de medir debido al alto costo y la complejidad de las opciones para realizar pruebas concluyentes.
El nuevo método de prueba es el resultado de una colaboración entre investigadores en los campos de la antropología y la biología sintética. El estudio fue codirigido por la antropóloga de Northwestern Sera Young y el biólogo sintético Julius Lucks.
Lucks y su laboratorio comenzaron a investigar biosensores naturales, moléculas utilizadas por las bacterias para detectar la presencia de contaminantes. En 2020, publicaron un trabajo sobre la reutilización de biosensores en un sistema de biología sintética sin células, lo que permite la detección de contaminantes nocivos del agua como el fluoruro in situ, nombrando a la plataforma tecnológica ROSALIND.
La facilidad de uso del dispositivo permite un fácil transporte a lugares donde los niveles dañinos de fluoruro son un problema de seguridad.
Fuente: Universidad de Northwestern
Deja tu comentario