
Las cargas de nutrientes contribuyen a la proliferación de algas, lo que plantea riesgos tanto para la salud humana como para el medio ambiente.
Además, la proliferación de algas también puede aumentar los costes del tratamiento del agua para abastecimiento y de los sectores industriales que dependen de agua limpia para completar sus procesos. Cabe señalar que este riesgo está aumentando debido al incremento de las temperaturas, relacionado con el cambio climático global.
«Uno de los impulsores de este estudio es que una vez que un estuario tiene cargas de nutrientes elevadas, es excepcionalmente difícil restaurarlo», dice Natalie Nelson, coautora del estudio y profesora asistente de ingeniería biológica y agrícola. «Es más efectivo prevenir altas cargas de nutrientes que abordar los problemas una vez que se han establecido.»
Para el estudio, los investigadores se basaron tanto en datos históricos como en investigaciones existentes que predijeron el uso de la tierra y las condiciones climáticas para los EE. UU. entre 2035 y 2065. Luego, estos datos se incorporaron a un modelo que predijo las cargas promedio anuales de nitrógeno y fósforo para 112 estuarios en 48 estados.
Se encontró que casi todos los estuarios verán aumentos en las cargas de nutrientes, pero los aumentos más altos parecen estar en la región del Atlántico Norte, que se extiende desde Nueva Inglaterra hasta Virginia, presentando su pico más elevado en las regiones costeras al norte de la Bahía de Chesapeake.
Una de las conclusiones clave de este trabajo es que el uso de la tierra juega un papel importante en las cargas de nutrientes, quizá más importante de lo que muchas personas supondrían, en comparación con el cambio climático.
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