Según informaron los científicos Paloma Garrido Amador y Boran Kartal del Instituto Max Planck de Microbiología Marina en Bremen, Alemania, han logrado enriquecer dos especies aún desconocidas de microorganismos que crecen en NO en biorreactores y revelan aspectos emocionantes de su estilo de vida.

El estudio comenzó con un viaje a la planta de tratamiento de aguas residuales de Bremen. “Recolectamos lodos de su tanque desnitrificador”, cuenta Garrido Amador. “De regreso en nuestro laboratorio, agregamos el lodo a uno de nuestros biorreactores y comenzamos la incubación alimentándolo con NO”. Los biorreactores están diseñados y optimizados para cultivar microorganismos en condiciones controladas, que imitan fielmente su entorno natural. Sin embargo, la configuración de este biorreactor fue muy desafiante, informa Garrido Amador: “Debido a que el NO es tóxico, necesitábamos equipos especiales y teníamos que tener mucho cuidado al manipularlos por nuestra propia seguridad. Sin embargo, logramos que las bacterias siguieran creciendo durante más de cuatro años, ¡y todavía están felices y saludables!”

Dos nuevos microorganismos

Las condiciones de vida en el biorreactor favorecieron a los microorganismos que podían sobrevivir y crecer anaeróbicamente con NO. «Eventualmente, dos especies previamente desconocidas dominaron la colonia», dice Boran Kartal, líder del grupo de Investigación de Fisiología Microbiana del Instituto Max Planck en Bremen. “Los llamamos Nitricoxidivorans perserverans y Nitricoxidireducens bremensis”. Garrido Amador agrega: “A partir de solo dos microorganismos que crecen en NO, obtuvimos información valiosa sobre cómo crecen los microorganismos reductores de NO. Algunas de nuestras observaciones nos mostraron que estos microbios no se ajustaban a la forma en que se comportan los organismos normales”.

Los microorganismos enriquecidos convirtieron el NO en dinitrógeno (N2) de manera muy eficiente. “Prácticamente no hubo emisiones del gas de efecto invernadero óxido nitroso”, agrega Kartal. Muchos otros microorganismos convierten el NO en óxido nitroso, que es un potente gas de efecto invernadero. El N2, en cambio, es inofensivo. Así, cada molécula de NO que se transforma en N2 en lugar de óxido nitroso es una molécula menos que se suma al cambio climático.

 

Fuente: Max Plant Society