
En todo el mundo se está desarrollando una carrera para reducir la cantidad de gases perjudiciales en nuestra atmósfera para reducir la marcha del cambio climático, y una forma de hacerlo es a través de la captura y secuestro del carbón (succionando carbón del aire y enterrándolo). A este punto, sin embargo, estamos capturando sólo una fracción de la cantidad de carbón necesaria para que haga efecto sobre el cambio climático.
Investigadores de la Universidad de Texas en Austin, en cooperación con ExxonMobil, han realizado un descubrimiento que puede ser de gran ayuda para cambiarlo. Han encontrado la forma de sobrealimentar la formación de estructuras cristalinas basadas en dióxido de carbono que, algún día, podrán almacenar miles de millones de toneladas de carbón bajo el suelo oceánico durante siglos, pero no para siempre.
“Considero que la captura de carbono es un seguro para el planeta”, dijo Vaibhav Bahadur (VB), profesor asociado en el Departamento de Ingeniería Mecánica Walker de la Escuela de Ingeniería Cockrell. “Ya no vale alcanzar la neutralidad del carbono, necesitamos ser carbón negativo para deshacer el daño que se ha infligido al medio ambiente durante las últimas décadas.”
Estas estructuras conocidas como Hidratos, por cómo se mezcla el dióxido de carbono con el agua a altas presiones y bajas temperaturas. Las moléculas de agua se reorientan y actúan como cajas que atrapan moléculas de CO2.
Pero el comienzo del proceso es muy lento, puede tomar horas o incluso días para que la reacción comience. El equipo de investigación descubrió que, al añadir magnesio a la reacción, los hidratos se forman 3.000 veces más rápido que el método más veloz existente hasta la fecha, tarda como un minuto. Este es el ritmo de formación de hidratos más rápido jamás documentado.
“El método puntero que se emplea hoy en día es utilizar químicos para acelerar la reacción,” dijo Bahadur. “Funciona, pero es lento, y estos químicos son caros y no muy amigables con el medio ambiente.”
Los hidratos se forman en reactores. En la práctica, estos reactores pueden ser emplazados en el fondo oceánico. Utilizando la tecnología de captura de carbono existente, el CO2 podría ser extraído del aire y trasladado a reactores submarinos donde se desarrollarían los hidratos. La estabilidad de estos hidratos reduce el riesgo de fugas que tienen los otros métodos, como es inyectarlo en forma de gas en antiguos reservorios de gas.
Descubrir cómo reducir el carbón en la atmósfera es uno de los mayores problemas que hay en el mundo ahora mismo. Y sólo hay unos pocos equipos de investigación que ven los hidratos de CO2 como una potencial opción para el almacenamiento de carbono.
“Solo capturamos el 50% de la cantidad de carbono que necesitaremos para el año 2050,” dijo Bahadur. “Esto me dice que todavía quedan mucho margen para desarrollar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono”.
Bahadur ha estado trabajando en la investigación de hidratos desde su llegada a la UT de Austin en 2013. Este proyecto es parte de una asociación para la investigación entre ExxonMobil y el Instituto de Energía de la UT de Austin.
Los investigadores y ExxonMobil han patentado su descubrimiento para su comercialización. Lo siguiente que planean es aplacar los problemas de eficiencia, incrementando la cantidad de CO2 que transforma en hidratos durante la reacción, y estableciendo una producción continua de hidratos.
Fuente: Universidad de Texas (Austin)
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