Las aguas residuales tratadas, procedentes de varias fuentes, ahora pueden utilizarse para regar los cultivos de una forma eficiente desde el punto de vista hídrico. Todo ello gracias a las nuevas tecnologías y herramientas de gestión destinadas a algunas de las zonas más secas del mundo.

 

La región de Oriente Próximo y del norte de África (MENA) es la zona más seca del mundo y ya se ve afectada por la sobreexplotación de las aguas subterráneas y la intrusión del agua marina en los acuíferos. Las consecuencias del cambio climático se intensificarán, dado que se prevé que el crecimiento demográfico y el económico produzcan un incremento del 47 % de la demanda hídrica para 2035.

En la región MENA, la agricultura representa más del 80 % del consumo de agua dulce. El proyecto MADFORWATER, financiado con fondos europeos, ha desarrollado herramientas de gestión y tecnologías integradas, a fin de impulsar el uso de las aguas residuales tratadas para el riego y mejorar la eficiencia hídrica en la agricultura. El equipo se centró en una serie de cuencas hidrológicas de tres países africanos del Mediterráneo: Egipto, Marruecos y Túnez.

Unión de la gestión y la tecnología para alcanzar el éxito

Dario Frascari, coordinador del proyecto, explica: “El proyecto MADFORWATER se basa en dos pilares: tratar una mayor cantidad de aguas residuales y mejorar la reutilización de las mismas para conseguir una mayor eficiencia en el consumo de agua en la agricultura. Las soluciones se adaptan para que sean técnica y culturalmente apropiadas dentro del contexto socioeconómico y medioambiental de los países africanos del Mediterráneo en cuestión”. La integración se facilita a través de tecnologías a medida, herramientas de apoyo a la toma de decisiones y estrategias de gestión del agua y las tierras.

Esquema del proyecto MADFORWATER

Del laboratorio al terreno

La ampliación y validación de las tecnologías seleccionadas se lleva a cabo en cuatro plantas piloto: una en Egipto, otra en Marruecos y dos en Túnez. Las tecnologías se seleccionaron en función de su rendimiento técnico, un análisis de costes y beneficios, una evaluación del ciclo de vida y los comentarios recopilados durante varios talleres de consultas de las partes interesadas.

Las plantas piloto procesan y utilizan las aguas residuales municipales, las aguas de los canales de drenaje y las aguas residuales de la industria textil. Frascari afirma: “Las tecnologías de tratamiento de aguas residuales municipales y de los canales de drenaje han resultado ser eficaces y sostenibles desde un punto de vista medioambiental. Estamos abordando los desafíos del tratamiento de las aguas residuales de la industria textil mediante un proceso biológico innovador. En cuanto a las plantas piloto de riego, todas las tecnologías que se han probado hasta ahora han resultado ser eficaces”.

No faltan beneficios

Además de la importante repercusión que tiene mejorar la seguridad hídrica para el riego, dichas tecnologías son rentables. El bajo consumo de energía para el tratamiento de aguas residuales y la gran eficiencia en el consumo hídrico de las tecnologías de riego protegen el medio ambiente. Las pymes del proyecto MADFORWATER actualmente desarrollan planes de negocio para aplicarlos en países de la región MENA, así como directrices para la adaptación. Asimismo, el proyecto incluye actividades de desarrollo con el objetivo de aumentar la aceptación social en cuanto a la reutilización de las aguas residuales tratadas en la región.

Frascari concluye: “Hemos demostrado la capacidad de impulsar la reutilización de las aguas residuales tratadas para el riego en países en desarrollo que afrontan una importante escasez de agua. Esto es posible gracias a una estrecha integración entre la innovación tecnológica y las herramientas de gestión sostenible del agua”.

 

Fuentes: Comisión Europea – CORDISProyecto MADFORWATER