El gobernador del Estado de Florida sobrevoló la zona en helicóptero y  decidió ante el alto riesgo de la situación, la evacuación de más de 300 hogares en esta área, al sur de la ciudad de Tampa (Florida).

La situación de este depósito de aguas residuales en Florida es crítica, ya que si viéramos una ruptura completa de este, podrían derramarse unos 340 millones de galones (más de un millón de metros cúbicos de agua) y daría lugar a una pared de 6 metros de altura, lo que sería realmente peligroso para los vecinos y las infraestructuras de las zonas colindantes.

A pesar de la peligrosidad del evento, desde el gobierno aseguran que no existe ningún elemento radiactivo en la composición de estas aguas residuales, ya que el agua había sido testada antes de ser descargada al depósito y era esencialmente agua salina y que por lo tanto cumple con los estándares de calidad para el agua marina, con la excepción del fósforo y el nitrógeno, que pueden provocar graves problemas de eutrofización. Además, desde el Gobierno de Florida han pedido soluciones a la entidad que administra y gestiona el depósito, HRK Holdings.

Pero los vecinos han expresado su preocupación de que estos nutrientes puedan ayudar al desarrollo de un fenómeno conocido en esta región del Golfo de México, una «marea roja», una floración de algas que le da al agua una apariencia roja y amenaza con asfixiar la vida marina.

Las autoridades han intentado sin éxito tapar la fuga y ahora han estado bombeando agua del embalse desde la semana pasada para reducir la presión allí, a un ritmo de más de 100.000 metros cúbicos por día. Una medida que se puede prolongar muchos días en el tiempo y que puede resultar eficaz en un desastre que era totalmente predecible.

Fuente: HRK HOLDINGS