
Un estudio liderado por Dartmouth aborda el riego de cultivos en Estados Unidos en el contexto del cambio climático. A medida que el calentamiento global conduce a sequías más frecuentes y patrones de precipitación cambiantes, el riego será crucial para mantener los rendimientos agrícolas. Menos del 20% de las tierras de cultivo del país están equipadas para el riego en la actualidad.
El estudio, basado en un escenario moderado de emisiones de gases de efecto invernadero, concluye que para mediados del siglo XXI, los beneficios económicos derivados de la expansión del riego superarán los costos de instalación y operación en una parte significativa de las tierras de cultivo de maíz y soja de Estados Unidos.
Según los hallazgos, a mediados de siglo, el maíz y la soja que actualmente son cultivados en condiciones de secano se beneficiarán del riego en varias regiones, incluyendo partes de los estados de Dakota del Norte, Dakota del Sur, Minnesota, Wisconsin, Michigan, Indiana, Illinois, Ohio, Kentucky, Kansas y Oklahoma.
Sin embargo, la inversión en equipos de riego conlleva costos importantes, de hasta $160 por acre al año. El estudio proporciona un mapa de dónde tendría más sentido instalar sistemas de riego para cultivos de maíz y soja en el futuro, considerando tanto los costos como los beneficios económicos.
Los resultados indican que, aunque el riego podría ser beneficioso en ciertas áreas, se debe considerar cuidadosamente la disponibilidad de agua, ya que algunas regiones no tendrían suficiente agua para respaldar el riego sostenible. Además, con el aumento de las temperaturas, el estrés por calor podría limitar la eficacia del riego como estrategia de adaptación en ciertas partes del país, especialmente para el maíz.
Los investigadores esperan que su análisis ayude a informar las políticas agrícolas y de gestión de recursos hídricos para enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria en el futuro.
Fuente: Universidad de Dartmouth
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